¿Has oído hablar en alguna ocasión de la moringa? Esta planta se conoce también como el árbol de la vida, o el árbol milagroso, y se ha usado desde hace siglos por tener grandes propiedades medicinales. Si quieres saber cómo puede ayudar a tu salud, no tienes más que seguir leyendo, porque nosotros te lo vamos a enseñar todo sobre la moringa.

planta de moringa natural

Qué es la moringa

Comencemos por el principio, y es ver qué es exactamente la moringa. Estamos hablando de una planta originaria de regiones subtropicales y tropicales de Asía y África, pero que ahora mismo se ha popularizado y se cultiva en muchas otras partes. Por ejemplo, se puede encontrar también en América del Sur. 

Este árbol tiene un tamaño que podríamos considerar medio, pero puede llegar a crecer hasta diez metros de altura. Su nombre científico es Moringa oleífera y, aunque se suelen usar todas sus partes, son sus hojas las más reconocidas por sus propiedades nutricionales. Y es que estas hojas tienen un alto contenido de antioxidantes, con lo cual se consideran especialmente beneficiosas para nuestra salud. Aunque más adelante profundizaremos en todo lo que contiene realmente esta planta, debes saber que es baja en grasas, no contiene colesterol y lleva siglos siendo usada como medicina tradicional. Se caracteriza, sobre todo, por tener hierro, quercetina, vitamina C y carotenoides, entre otros compuestos como los polifenoles.

Historia y origen de la moringa: ¿De dónde viene esta planta y cómo se ha utilizado a lo largo de la historia?

Como hemos señalado, la moringa no es algo nuevo, ni mucho menos. De este árbol lleva usándose prácticamente todo desde hace siglos, tanto sus hojas como su fruto. Se cree que su origen se remonta a la zona norte de la India, aunque desde ahí se ha ido extendiendo poco a poco a otras partes del mundo.

No somos los primeros en descubrir sus propiedades medicinales y nutricionales. Llevan siglos usándose para tratar y prevenir enfermedades como la diabetes, la hipertensión, diferentes trastornos digestivos e incluso infecciones. Tanto es así que sus hojas se usan incluso en casos de desnutrición, puesto que son ricas en vitaminas, minerales e incluso proteínas. Además, tienen una gran ventaja con respecto a otras plantas: no se conocen casi efectos secundarios.

Beneficios

Para comenzar a hablar de todos los beneficios de la moringa, es importante saber qué contiene exactamente. Estamos hablando de compuestos tan saludables como la vitamina A, vitamina B1, B2, B3 y B6, vitamina C, hierro, calcio, potasio, fósforo, magnesio e incluso zinc. Además, como ya hemos señalado, apenas contiene grasas. Gracias a todo esto, se ha hablado de una gran cantidad de beneficios asociados a su consumo.

    1. En primer lugar, se cree que el aceite de moringa puede ayudar a tu cabello. ¿Cómo? Muy sencillo: es capaz de mantenerlo limpio, sano y protegido de todos esos radicales libres. Además, es altamente hidratante.

    2. Si pasamos a ver qué puede hacer por nosotros a nivel interno, se ha asociado su consumo con una reparación del hígado en caso de daño anterior. Aunque ahora profundizaremos un poco más en este punto.

    3. Se usa también para tratar diferentes molestias estomacales, puesto que contiene propiedades antibióticas y antibacterianas. No solo eso, sino que la vitamina B ayuda a la digestión.

    4. También en el mismo enfoque que el punto anterior, cabe señalar que la moringa ayuda a luchar contra enfermedades bacterianas.

    5. Al contener tanto calcio como fósforo, ayuda a que nuestros huesos estén en mejores condiciones. A esto hay que añadirle que tiene propiedades antiinflamatorias, con lo cual ayuda a paliar posibles dolores.

    6. No solo protege nuestros huesos, sino también nuestro sistema cardiovascular. Y es que ayuda a reducir la presión arterial, puesto que contiene isotiocianato y niaziminina. ¡E incluso la diabetes! Porque ayuda a reducir la cantidad de azúcar en sangre.

    7. Junto a todo lo que ya hemos señalado, cabe añadir que es buena para reducir los ataques de asma, para proteger e hidratar la piel, e incluso mantener la salud de nuestra vista. Y, debido a sus altos niveles de antioxidantes, ayuda a los riñones a realizar su trabajo de depuración.

Estos son solo algunos de los beneficios que la moringa trae consigo, ¡pero se han asociado incluso más! A continuación, vamos a profundizar en dos de los más llamativos, y de los que más suelen despertar el interés de los consumidores.

Moringa y menstruación

En primer lugar, la moringa es beneficiosa durante el ciclo menstrual. Esto se debe a que tiene un alto contenido en hierro, con lo cual ayuda a aquellas mujeres que tengan menstruaciones abundantes a paliar esa pérdida de sangre. Asimismo, ya hemos señalado que tiene propiedades antiinflamatorias, con lo cual puede ayudar a que esas molestias propias de la menstruación se palíen notablemente. 

Moringa e hígado

Como ya se ha mencionado, puede ayudar a que nuestro hígado, un órgano fundamental en nuestra salud general, se encuentre mucho más sano. Y es que tiene tanto antioxidantes como compuestos antiinflamatorios, que protegen al hígado del daño oxidativo y de cualquier posible inflamación. Además, mejora la función hepática y ayuda a desintoxicar el organismo.

Contraindicaciones

Hay pocos efectos secundarios asociados a la moringa, por no decir prácticamente ninguno. Únicamente se recomienda tener precauciones en caso de tomar medicamentos específicos, como anticoagulantes, o en caso de ser diabético o de estar embarazada. Como siempre señalamos, lo mejor en estos casos es consultar directamente con un especialista.

Hay algunos medicamentos con los que debes tener cuidado, como aquellos que estén enfocados en combatir problemas de tiroides. O incluso aquellos que busquen bajar la presión arterial, puesto que no hemos de olvidar que la moringa en sí ya baja la presión.

Cómo tomar moringa

No se ha llegado aún a descubrir cuál es la dosis recomendada de moringa, pero hay estudios que sugieren que debería rondar los 400 mg por día. Con esto, sería más que suficiente para aprovechar todos sus beneficios. Pero ¿cómo se consume? Hay diferentes maneras, aunque va a depender un poco de tus gustos. Por ejemplo, puedes hacerte té de moringa, que es una de las formas más usadas puesto que es rápido y fácil de hacer. Basta con añadir unos 10 gramos de hojas de moringa en aproximadamente 250 ml de agua, y dejar reposar durante cinco o diez minutos tras haber hervido.

Si el té de hierbas no te convence, puedes usar moringa en polvo. Esta se suele diluir también en té, en café o incluso en un yogur. ¡Y así podrás elegir la combinación que prefieras!

También se consumen las semillas en sí de moringa, que se venden para su consumo como si de una pastilla se tratara. Aunque, si esto no te convence, siempre puedes adquirir cápsulas como tal, que son mucho más concentradas y rápidas de tomar.

Por último, la puedes encontrar en forma de aceite puro. Sea como sea, lo mejor es siempre consultar con un especialista que te ayude a ver cuál es la mejor manera para ti.

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