¿Has oído hablar del miso en alguna ocasión? Si consumes comida japonesa de vez en cuando, ¡sin duda ya lo habrás probado en alguna sopa! Si aún no has tenido la oportunidad de probar este condimento, querrás hacerlo en cuanto termines de leer este post. Así que no te pierdas ni un solo detalle de todo lo que te vamos a contar sobre él.

miso en sopa y en caldo

Qué es el miso

El miso proviene, como ya hemos señalado, de Japón. Lleva siglos siendo utilizado en diferentes platos, y es una especie de pasta que, por sus componentes, tiene una gran cantidad de beneficios para nuestro organismo. Hace relativamente poco que llego a nuestro país pero, desde entonces, ha conquistado una gran cantidad de paladares. ¡Y es muy fácil de encontrar! 

Miso significa, en japonés (味噌) “fuente de sabor”. Se elabora a partir de granos de soja, cebada o arroz, y se le añade sal. Además, estos granos deben pasar por un proceso de fermentación totalmente natural, para el cual se hace uso del hongo koji, también conocido como aspergillus oryzae. Este hongo se cultiva en arroz, y es esta fermentación la que tiene parte de responsabilidad de los beneficios que el miso trae consigo. Porque hace que pase a ser un probiótico natural, ¡aunque de esto hablaremos un poco más adelante!

Pese a que se sabe que proviene de la cocina japonesa, no se sabe exactamente cuál fue su origen. Se cree que, en un primer momento, estos granos se usaban sin moler. Pero se descubrió que podían transformarse en una pasta totalmente homogénea, lo que la hacía mucho más fácil de cocinar y de introducir en otros platos. 

Para preparar bien el miso, lo que se suele hacer es cocer al vapor el cereal o la soja, añadiendo a este el hongo. Tras eso, se añade sal. Lo normal es que se deje fermentar en recipientes de madera durante meses, aunque durante ese tiempo también necesita cierta vigilancia. Porque el miso suelta jugos que hay que ir extrayendo constantemente, y que se usan para elaborar el conocido como tamari.

Tipos de miso

No existe un solo tipo de miso, sino varios. Esto se debe a que puede cambiar el ingrediente base, la fermentación e incluso la textura. Es importante conocer todos los tipos de miso, puesto que solo así podrás elegir el que más te interese en cada caso. ¡Y nosotros te los enseñamos!

  • El miso blanco, conocido también como shiro miso, se elabora con arroz y un poco de soja. E incluso puede llevar cebada. La fermentación es relativamente breve, de unos dos meses, y su sabor es suave. Porque si te preguntas qué sabor tiene el miso exactamente, ¡debes saber que depende mucho del tipo! En este caso, hablamos de un dulzor sencillo. Es el más conocido y el más usado, puesto que no tapa el sabor del resto de ingredientes.
  • Tras este, hemos de hablar del conocido como genmai miso. Se prepara con arroz integral y soja, y su fermentación es mucho más larga: ¡de tres años!  Su color es mucho más oscuro y, debido a su fermentación, tiene un sabor más potente y salado.
  • El conocido como aka miso, o miso rojo, tiene una fermentación de un año más o menos. Su tono varía desde un rojo más suave a un granate intenso, y de esta tonalidad depende también su sabor. 
  • También rojo es el mugi miso, que se prepara sobre todo con cebada y soja. Su aroma es muy potente, y esto es lo que lo distingue de los otros tipos de miso.
  • Casi por último, tenemos el hatcho miso, del mismo color. Se elabora con granos de soja, es mucho más denso y no tiene apenas sabor dulce. 
  • El último miso del que debemos hablar es el negro, que es mucho más intenso que todos los anteriores. ¡Solo apto para paladares ya acostumbrados!

Pese a que estos son los tipos de miso más conocidos, debes saber que hay otras variedades, e incluso etapas intermedias entre estos. Todo depende de la cantidad exacta de los ingredientes y, por supuesto, de la textura. Sea como sea, es un manjar que debes probar.

Propiedades

Pero ¿por qué es tan famoso el miso? ¿Por qué se recomienda su consumo? El miso, al igual que el kéfir, contiene una gran cantidad de bacterias y enzimas que ayudan a nuestro sistema digestivo. Es por eso por lo que se le considera un probiótico natural, e incluso se habla de su potente poder enzimático. El consumo habitual de miso ayudará a que tu flora intestinal se encuentre mucho mejor, y te ayudará a digerir incluso los platos más pesados.

Además, contiene una gran cantidad de aminoácidos y minerales, imprescindibles para que nuestro cuerpo se encuentre sano. Por si fuera poco todo esto, no hemos de olvidar que está compuesto o bien de legumbres o bien de cereales. Es decir, de hidratos de carbono de absorción lenta, que nos aportará una gran cantidad de energía. ¡Y muchas proteínas vegetales! 

Es un alimento muy recomendable cuando se está en una dieta de bajada de peso, puesto que aporta mucho sabor sin ser altamente calórico. Es muy salado por regla general, y eso hace que no tengas que añadir mucha sal a tus platos. Y hará que todos ellos te sepan totalmente diferentes, ¡no tienes más que probarlo!

Si te preocupan sus propiedades nutricionales, te las dejamos a continuación. Son aproximadas, puesto que va a depender del tipo de miso que hablemos:

  • Calorías por cada 100 gramos: 198 kcal.
  • Carbohidratos: 25,3 gramos.
  • Proteínas: 12,8 gramos.
  • Grasas: 6 gramos. 
  • Fibra: 5,4 gramos.

Además, también contiene hierro, fósforo, magnesio, potasio, calcio, tiamina, niacina y diversas vitaminas. ¡Es un alimento muy completo!

Usos

El miso tiene una gran cantidad de usos en la cocina, aunque es importante que sepas que no debe cocinarse a temperaturas muy altas. ¡Y tampoco debe someterse a cocciones especialmente prolongadas! Porque eso hará que los microorganismos que contiene, que tan beneficiosos son, desaparezcan. Si vas a hacer sopa de miso, que es uno de los platos tradicionales con este alimento, debes añadirlo siempre al final para evitar que se cocine en exceso. ¡Justo antes de servir el plato!

Lo habitual es encontrarlo como condimento en una gran cantidad de recetas diferentes. Como hemos dicho, suele ser salado, así que es una alternativa ideal a otro tipo de especias. E incluso se usa como salsa. Para ello, no tendrás más que disolver la pasta y tendrás un aliño ideal para ensaladas, purés, sopas… El límite es tu imaginación, así que déjala volar.

Si nos permites un consejo, prueba a combinarlo con alimentos que tengan bastante grasa, puesto que suavizará mucho su sabor. Encontrarás una inmensa cantidad de recetas en internet, ¡y todas ellas son dignas de que las pruebes! 

Contraindicaciones

El miso prácticamente no tiene ningún tipo de contraindicaciones, puesto que todo lo que aporta a nuestro organismo es positivo. No obstante, como cualquier alimento con alto contenido en sodio, debe consumirse con precaución si se tiene la tensión arterial elevado. Sobre todo, aquellas variantes de miso que tengan más sal.

Por lo demás, ¡permítete disfrutar de su sabor! No te arrepentirás de probarlo.

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En nuestra tienda disponemos de varios tipos de miso, además de platos que contienen este sabroso ingrediente. Destacan el paté de miso, el caldo de miso, el miso de arroz o el genmai miso

Bajo estas líneas también podrás encontrar una gran variedad de sopas con miso. 

Bibliografía

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